Las noticias que nos llegan desde las lejanas tierras de Neherb hablan de una auténtica debacle de nuestros ejércitos.
La legión desplazada al sur intentó romper las líneas élficas, pero se encontró con una avalancha que les inmovilizó y les hizo enfrentarse a los ejércitos Asur más al norte de lo que esperaban. A consecuencia de ello y de la superioridad numérica del enemigo se vieron obligados a replegarse y ceder terreno.
En el norte de las ancestrales tierras, vuestros generales lanzaron un ataque sobre el emplazamiento enemigo con la esperanza de hacerles retroceder antes de que las murallas que están construyendo estuvieran acabadas, pero pese a la concentración de tropas destacada a tal efecto, no fueron capaces de vencer a los humanos montados. Los ejércitos se han reagrupado para lanzar un nuevo asalto, pero las murallas enemigas parecen casi terminadas y todo parece indicar que si en el próximo asalto no toman la posición enemiga habrá un nuevo problema muy cerca de nuestras líneas de abastecimiento.
Y por último, las tropas destacadas en el oeste se han visto obligadas a fortificarse en la antigua ciudad de Rashart, pero no han tenido tiempo de levantar las murallas antes de que nuevos ejércitos élficos ataquen sus posiciones, apoyados por más de esos acorazados humanos montados. Nuestro aliados oscuros nos prestan el apoyo que pueden, pero ellos también tienen enfrentamientos contra esos mismos ejércitos, lo que hace que nuestras tropas deban enfrentarse al enemigo en desventaja.
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